El ser humano del siglo XXI está llamado a despertar exterior e interiormente

Nueva York, Estados Unidos - Caitlin Johnstone

Despertar exteriormente es despertar del trance de la propaganda y el adoctrinamiento, y despertar interiormente es despertar del trance del ego y del delirio.

Despertar exteriormente significa volverse plenamente consciente de lo que realmente está sucediendo en nuestro mundo más allá de la propaganda y lo que nos enseñaron en la escuela. Aprender sobre todas las formas en que hemos sido engañados y manipulados, aprendiendo la verdad sobre la guerra, el militarismo, el imperialismo, el capitalismo, el autoritarismo, el ecocidio y todos los abusos e injusticias interrelacionados causados por los sistemas y estructuras de poder bajo los que vivimos.

Despertar interiormente significa volverse plenamente consciente de las formas en que nos hemos estado engañando a nosotros mismos. Haciendo el trabajo interior necesario para llevar la conciencia a los delirios y disfunciones dentro de nosotros mismos y descubriendo lo que realmente es cierto acerca de nuestras suposiciones incuestionables con respecto a elementos básicos de nuestra experiencia como el yo, el otro, el tiempo y el espacio.

Ambos son necesarios para que nuestra especie sobreviva en el futuro. No podremos organizar colectivamente el derrocamiento de los sistemas opresivos que nos están llevando a la extinción y la distopía hasta que tengamos una comprensión lúcida de cómo funciona realmente nuestro mundo, y no podremos actuar como individuos para dar lugar a un mundo sano si todavía estamos salvajemente desestructurados y ególatras.

Y aunque ambos tipos de despertar tienen áreas de superposición, es totalmente posible estar muy despierto en relación a uno de estos aspectos mientras se está profundamente dormido en el otro. La mayoría de los maestros de iluminación han pasado toda su vida centrándose enteramente en el despertar interior, y si puedes conseguir que hablen de política y de política exterior, encontrarás que tienden a ser adoctrinados en gran medida por la cosmovisión de CNN. Cualquiera que haya pasado tiempo en círculos izquierdistas y activistas ha conocido a personas que tienen todas las opiniones y entendimientos correctos de la política y los asuntos mundiales, pero son extremadamente disruptivos e resulta imposible trabajar con ellos como individuos porque están plagados de miseria interior y disfunciones.

Está bien tener períodos en tu vida donde te concentres en despertar de una manera más que de la otra, pero es importante trabajar en ambos aspectos a lo largo de los años. Y el trabajar en uno ayuda a construir una base para el otro; alguien con mucha conciencia interior tendrá más sabiduría y discernimiento para resolver los hechos de ficción cuando se aprende lo que es verdad sobre el mundo, y alguien que aprenda sobre los abusos en nuestro mundo tendrá muchas oportunidades de autorreflexión y compasión contemplando su propio rol en la disfunción de nuestra sociedad y poniéndose en el lugar de aquellos menos afortunados.

No siempre fue necesario que los humanos despertaran en ambas direcciones. Cuando la ciudadanía no tenía medios para organizar o controlar su sociedad y la humanidad estaba dividida por la distancia y el lenguaje, los jefes y monarcas eran los que conocían lo que pasaba, mientras que los miembros de la ciudadanía salían de la sociedad y se iban para convertirse en ermitaños y monjes en busca de la iluminación. Ahora en el siglo XXI estamos cada vez más interconectados y empoderados con información en todo el mundo, a medida que los obstáculos existenciales que enfrenta nuestra especie crecen rápidamente y se hacen más urgentes. Así es que la llamada ahora es a expandir nuestra conciencia tanto interior como externamente.

No podemos seguir viviendo así. Tenemos que despertar. Tenemos que ser mejores. Nunca lo haremos si no despertamos a la realidad de nuestras circunstancias, tanto como individuos como en cuanto a lo colectivo.

Caitlin Johnstone Caitlin Johnstone is a reader-supported independent journalist from Melbourne, Australia. Her political writings can be found on www.caitlinjohnstone.com