Marian Avramescu: el caricaturista que dibujó la libertad tras el telón de acero

Queridos lectores,

Hace unas semanas tuve el privilegio de conocer personalmente al talentoso artista rumano Mariam Avramescu durante un acto del Consulado General de Rumanía en Sevilla. Fue un encuentro de esos que dejan huella: conversamos largo y tendido, disfruté de su arte en directo y, para mi sorpresa, me obsequió con una caricatura que guardaré con mucho cariño.

Su obra, su mirada y su forma de entender el arte me cautivaron. Por eso, quise ir un poco más allá y realizarle una entrevista para descubrir la esencia que hay detrás de su talento.

Hoy que  se celebra el Día Nacional de Rumanía os invito a leerla y a dejaros inspirar por este artista que, sin duda, merece ser conocido en profundidad.

MP: ¿Cuándo descubrió que el arte y, en especial, la caricatura sería su lenguaje para expresarse?
MA: Creo que nací dibujando o para dibujar. Mis primeros recuerdos están vinculados a ese niño fascinado por las imágenes que podría crear con la ayuda de un intrumento tan simple como un lápiz, un boli, una pluma...  A la caricatura llegué más tarde, cuando el espíritu crítico alcanzó otro nivel.

MP: Sus caricaturas combinan humor y crítica social. ¿Qué le inspira más: ¿la política, la sociedad o lo cotidiano?MA: Todas estas áreas recordadas representan un reto para el caricaturista. Viviendo en un contexto social y político extremadamente volátil, en una continua e infatigable dinámica, reconozco que soy un observador entusiasta y un comentarista gráfico a los cambios producidos en la vida de la gente, más allá de su voluntad.

MP: Rumanía tiene una rica tradición cultural. ¿De qué manera influye su identidad rumana en su obra?
MA: Rumanía es un país que me ha hecho y formado. Es obvio que su huella va a ser decodificada durante toda mi trayectoria de naturaleza artística. Tenía 32 años cuando la Revolución de 1989 llegó como un ángel caído del cielo; nos comprometimos con un arduo proceso de comprensión de la libertad, de la verdad, la normalidad, propuestas por las nuevas condiciones que nos sorprendieron. De repente, éramos libres para expresar nuestros pensamientos por cualquier medio. Fui un comentarista gráfico de aquellos momentos, ya no teníamos miedo, no estábamos expuestos al peligro. Y si, mi dibujo ‘’cuenta’’ desde la perspectiva vivida en territorio rumano, la vida del hombre que se siente orgulloso de esta huella nacional. 

MP: En su opinión, una caricatura… ¿debe hacer reír, reflexionar o incomodar?
MA: La caricatura ha de tener, éstas tres matices, si un dibujo humorístico las engloba, es lo ideal, y si solo se cumple una de las tres, está igual de bien. La caricatura genera una sonrisa a través de la espontaneidad, a través de la visión sorprendente, inédita. Ésta puede ser filosófica, incitar a la meditación, moralización, intentando a través de un mensaje, señalizar un camino inusual, carencial e inadecuado. La caricatura sin mensaje se convierte en una mera ilustración, muchas veces monótona. 

MP: ¿Qué personaje ha supuesto para usted el mayor reto a la hora de caricaturizar?
MA: Personajes políticos. En ellos se refleja ‘’sacar a la luz’’ las vivencias y los sentimientos ocultos, muy diferentes de lo que cada uno intenta transmitir públicamente.

 MP: En un mundo tan digital, ¿cómo logra que su estilo siga siendo reconocible y auténtico?
MA: Los caricaturistas de mi generación se asocian a un estilo que les han consagrado y asegurado un lugar dentro del ámbito público. El estilo no se delimita de la noche a la mañana, es el resultado de años, de búsqueda y ejercitación. Yo dibujo tanto de forma clásica como de forma digital. Ambas me gustan por igual. Tengo un estilo de dibujo tradicional que es una ejercitación obligatoria para todo aquel que atribuye la cualidad de dibujante, y otro igual de personal, en la tablet gráfica. 

MP: El humor puede ser arma y también puente. ¿Ha experimentado usted censura o resistencia frente a alguna de sus obras?
MA: El dibujo humorístico es arma y arte a la vez, cité a uno de mis compañeros. Siendo caricaturista de prensa, he tenido y tengo diversas colaboraciones con los consorcios de prensa, televisión, revistas…Aprecié ver que mi visión política resonaba con las políticas editoriales que manejaban las respectivas instituciones. Cuando fui invitado a ser mercenario de prensa y satirizar situaciones solo para ayudar a que el comanditario acumulase puntos, me retiré sin remordimientos. 

MP: Si pudiera escoger tres personajes universales a los que caricaturizar hoy, ¿quiénes serían y por qué?
MA: Personalidades de la vida política actual, tiranos, dictadores que humillan y aterrorizan a su pueblo. No los nombraré, ya que todos sabemos muy bien identificarlos con agilidad. 

MP: Recientemente usted participó en un acto en el Círculo Mercantil e industrial de Sevilla, invitado por el Cónsul General de Rumanía en Andalucía, D. Cosmín Mitrea. ¿Qué significó para usted este encuentro y cómo vivió la experiencia de representar su arte en un escenario con tanta relevancia institucional y cultural?
MA: Una experiencia increíble que le debo al señor COSMIN MITREA, cónsul de Rumania en Sevilla, y al que le estoy agradecido por su ‘’valentía’’ de seguir adelante con el caricaturista imprevisible. Nos hemos ayudado mutuamente en la elaboración de escenarios relacionados con dos grandes eventos, uno en Málaga, el otro en Sevilla, y el resultado ha sido, desde mi punto de vista al menos, superlativo. La alegría de los invitados, participantes, audiencia ha sido absoluta. El resultado, las apreciaciones, los agradecimientos, todo esto ha significado un enorme agrado de que estamos en el mapa, la gente nos conoce, nos quiere y nos respeta. La comunidad de rumanos está integrada de una forma maravillosa en la región andaluza, la cual se ha convertido en su segunda madre y segunda casa.

MP: ¿Cómo imagina la evolución de la caricatura en los próximos años? ¿Más digital, más libre o controlada?
MA: La caricatura del futuro será extremadamente digitalizada, con mi generación se concluye una etapa, por lo menos en la caricatura de prensa. Me embarga una tristeza nostálgica, pero también una alegría por haber sido parte de esta bonita historia.

MP: Ha sido un verdadero placer conocerle, verle trabajar en directo y poder charlar con usted. Gracias por su arte y por su tiempo.

Para mí también ha sido un placer interactuar con personas tan bonitas, amables, acogedores, abiertos, que me han hecho, sin esfuerzo, sentirme apreciado, agradeciéndome mi prestación artística. Yo también os doy las gracias por el interés que habéis mostrado por Marian Avramescu de Rumanía.