Las traducciones médicas requieren precisión formación específica y revisión profesional constante

Economía14/07/2025RedacciónRedacción
727865 - Judith Goeree Translations & Services
Traducción de documentos médicos

La traducción de documentos médicos es una actividad fundamental para garantizar el acceso a la información sanitaria en contextos internacionales, multilingües o interculturales. Se trata de una especialización dentro del campo de la traducción técnica que exige no solo dominio de los idiomas involucrados, sino también un conocimiento riguroso de la terminología médica, los protocolos clínicos y las normativas aplicables en cada país o región. 

Las traducciones médicas incluyen desde informes clínicos hasta prospectos farmacéuticos, pasando por manuales de dispositivos, consentimientos informados, historiales, artículos científicos, fichas técnicas, etiquetas y protocolos de investigación. Este tipo de contenido no admite ambigüedades ni errores, ya que una interpretación incorrecta puede afectar diagnósticos, tratamientos o decisiones sanitarias relevantes. 

A diferencia de otros campos, las interpretaciones escritas médicas requieren una alta fidelidad al texto original, el uso de terminología estandarizada y la capacidad de adaptar ciertos conceptos según el sistema de salud del país de destino. Por eso, muchos traductores que trabajan en este ámbito poseen formación específica en medicina, biología, farmacia o disciplinas afines, además de estudios lingüísticos. 

La variedad de idiomas en los que se requiere este tipo de equivalencias textuales responde a la globalización de la atención sanitaria, la investigación clínica internacional y la movilidad de pacientes. Inglés, español, francés, alemán, italiano, holandés, portugués y japonés son algunos de los idiomas más demandados, aunque también crece la necesidad de transcripciones a lenguas no hegemónicas, especialmente en proyectos de salud pública o cooperación internacional. 

En el caso de ensayos clínicos, por ejemplo, deben cumplir con regulaciones internacionales como las pautas de la ICH (International Council for Harmonisation) y las normativas de la EMA (Agencia Europea de Medicamentos) o la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos). Esto implica que, además del conocimiento técnico, los traductores deben estar familiarizados con requisitos éticos y legales muy específicos. 

Los documentos también varían según el contexto: hospitales, laboratorios, aseguradoras médicas, editoriales científicas, organismos gubernamentales o universidades. En todos los casos, el trabajo debe pasar por procesos de control de calidad, revisión cruzada y verificación terminológica. En este sentido, desde la agencia de Judith Goeree Translations & Services, indican: “Algunas empresas o instituciones exigen también traducciones certificadas o juradas, en las que el traductor asume responsabilidad legal sobre la fidelidad del contenido”. 

Existen normas de calidad aplicables a este tipo de servicios, como la UNE-EN ISO 17100, que establece requisitos para los procesos de traducción y la competencia de los profesionales involucrados. Si bien no es obligatoria, muchas agencias la adoptan para garantizar un estándar profesional. También es habitual el uso de memorias y bases terminológicas para asegurar coherencia en los proyectos más extensos o recurrentes. 

El avance de la tecnología ha introducido herramientas de transcripción asistida por computadora (CAT tools) que ayudan a mejorar la consistencia, pero el criterio humano sigue siendo indispensable. En textos médicos, la interpretación del contexto clínico, la correcta elección de términos según el país de destino y la sensibilidad hacia temas delicados no pueden ser automatizadas sin pérdida de calidad o precisión. 

Los especialistas trabajan frecuentemente en colaboración con profesionales de la salud, revisores científicos o editores técnicos. Esta interacción permite validar contenidos, resolver dudas específicas y mejorar el resultado final. Además, las agencias especializadas suelen contar con protocolos internos de confidencialidad, dada la naturaleza sensible de muchos documentos. 

La traducción médica es una actividad técnica que requiere formación, actualización permanente y una ética profesional rigurosa. Su correcto desarrollo contribuye directamente al funcionamiento del sistema sanitario, la cooperación internacional en salud y el acceso equitativo a la información médica en contextos multilingües.

 

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