Tradición mexicana. Ofrenda de Muertos

Málaga, España.-  Día de  Todos los Santos. Y la fiesta de los muertos se prepara en todas los lugares donde hay mexicanos.Es una tradición que se lleva en la sangre y la cultura no se olvida. Por lo menos es lo que esperan padres y abuelos de las nuevas generaciones.

- Buenos días María. ¿Comprando flores?

-Pepa (Se aproxima a ella y le da un beso en cada mejilla).

-Hace días que no te veo. 

-Mira que con este tiempo no dan ganas de salir qué lluvia ha caido.

- Haces bien. ¿a quién le vas a llevar flores?

-A mis muertos.

- Vas a ir a México con flores....te van a llegar un poco maltratadas. ¿Te las dejan pasar en aduana?

-(Ríe) No mujer ya quisiera ir, pero por el momento la economía no da. Voy a poner mi ofrenda de muertos.

-¿Tú que? 

- Mi ofrenda para mis muertos. Tenemos la tradición de poner velas, flores, incienso, sal, agua y comida a nuestros difuntos que nos vienen a visitar el día uno y dos de noviembre.

-¡Qué fúnebre suena eso! Y ya les diste la dirección de España, mira que no sepan donde ir y lleguen a mi casa no encontrarán nada.(Se ríe)

- Claro que se lo saben. Ven te voy a invitar un café. Vaya que eres tonta (Se ríen)

- Vamos.

Caminan por la calle Larios, una de las  principales del Centro de Málaga. Entran a la cafetería, piden un café y un pitufo mixto.

- Mira Pepa mi país recuerda a sus muertos y los espera los primeros días de noviembre. El día uno para los niños y el dos para los adultos. Cómo son almas donde estés te siguen tus seres queridos. 

- ¿Y qué haces? ¿Una misa negra o algo por el estilo, los llaman a las doce de la noche?

- Jajajaja, qué ideas tienes no. Para nada. Es una celebración de color, aromas, luz mucha luz.

-Pero si es de muertos. 

- Si pero no es fiesta de Hallowen,  la celebración de muertos es algo muy distinto.

- ¿Cómo pones la ofrenda?

- Ayyy Pepa aquí con mucha ilusión e imaginación. Primero ando buscando flores parecidas a las que se ponen se llaman cepasúchil .Son de color naranja muy vivo.

- Vaya nombre sepa que?

-Cepasúchil. Los arreglos de la ofrenda son de colores vivos con imágenes de la Catrina que es una calavera vestida elegantemente u otras figuras. Lleva un vaso de agua, sal, fruta, y una vela para cada uno de tus difuntos. Retratos de tus muertos, incienso, pan, que se hace especial para estos días, es buenisimo. Pero como aquí no hay pondré dulces tradicionales malagueños. Cuando quieras puedes llegarte por la casa para verla.

- Y todo lo demás lo encuentras aquí. 

- Pues no. Por eso busco flores parecidas. Los adornos me los traje de México. Lo demás si lo hay. Como es: incienso, agua, sal, fruta, velas que compre en el IKEA que están muy bellas. 

- Oye y porque lo sigues haciendo aquí?

-Pues amiga es gusto y principalmente promesa de no olvidarme de mis antepasados. No hagas esa cara. 

- Suenas muy célebre, es como si dijera no me olvidaré de mis antepasados y recordaré a los árabes, visigodos y todas las tribus que han pasado por Andalucía.

-Esa es una diferencia entre Europeos y Americanos. Nosotros somos más tradicionales.

- Bueno bueno ya salió 

- Deja te cuento. Una tarde de noviembre una tía estaba poniendo la ofrenda, yo tendría como ocho años y me dijo “hija donde vayas  nunca te olvides de tus muertos porque algún día yo estaré entre ellos. No quiero que me pase lo que cuenta una leyenda” Se puso muy triste y al verla le dije que me contará.

Pepa se pone seria y escucha a su amiga que con los ojos llorosos le cuenta.

- Era una familia muy feliz, tenían un niño y cuando este tuvo ocho años murió la madre. El padre de tristeza  empezó a beber todos los días. El niño lo cuidaban los vecinos al ver que el padre se levantaba se iba a trabajar y regresaba tarde borracho y llorando su tristeza. Al acercarse el día de muertos el niño le pidió dinero para comprarle una vela, flores para  ponerla a su madre.

El padre se negó y dijo que eso eran tonterías que no creyera y que se olvidara de esas chorradas que le pusiera una piedra. El niño triste se fue a un rincón y se quedó llorando. El padre salió de la casa y caminó por una vereda. Era de noche y a lo lejos empezó a escuchar cantos y risas. Abrió bien los ojos y se dio cuenta que era un grupo de personas que venían cada una con una vela, traían flores, frutas y cantaban alabanzas. Para su sorpresa al final vio a una mujer que cargaba una piedra. Se acercó más para verla y se quedó perplejo al ver que era su esposa. Estaba muy triste y cargaba la piedra. Cuando se acercó a ella desapareció.

Fue tanta su angustia que la borrachera se le quitó fue directo a su casa y al entrar vio a su hijo de rodillas frente al retrato de su madre que tenía una piedra.

Lo abrazó y le pidió perdón a él y a su mujer. Fueron a comprar una vela y cortaron por el camino flores y desde esa fecha hasta que murió su hijo no dejó de poner su ofrenda a sus padres y pidió a sus hijos que pasaran esa tradición de hijos a hijos para que nunca les faltará su luz y sus aromas.

-¿Qué bonita historia, mira que se me ha puesto la carne de gallina?

- Es por eso que procuró dónde yo me encuentre  poner la ofrenda. 

-Pues haces bien amiga. Yo no pondré todo lo que dices pero si una vela si que les pondré.

-Sabes, mi madre me enseñó a poner una vela para las almas del purgatorio, decía “esta es para todas esas almas olvidadas que nadie se acuerda de ellas”.

- Pues muy bien por tu madre.    

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