Miedo al dentista: por qué lo tenemos y cómo combatirlo

Salud y Educación24/09/2024

Miedo al dentista

Dos de cada diez españoles aseguran que sienten miedo, siempre (8%) o la mayoría de las veces (12%), durante sus visitas al dentista. A ellos se les añaden otros tres de cada diez que también han experimentado este sentimiento (30%), aunque solo en algunas ocasiones. En otras palabras, el miedo al dentista se manifiesta, con diferentes frecuencias, en la mitad de los pacientes que acuden a una clínica dental, según el Barómetro de la Salud Bucodental en España 2024 de la firma Institutos Odontológicos.

En algunos casos, el miedo provoca que la persona reduzca la frecuencia con la que va al dentista (22%) e incluso que aplace un tratamiento que debería realizarse: un tercio de los encuestados (35%) lo está haciendo y, aunque la mayoría es por una cuestión económica, el 5% alega que es por miedo.

Si en lugar de miedo hablamos de nervios, son hasta siete de cada diez personas (70%) las que afirman sentirlos, ya sea algunas veces (38%), la mayoría de las veces (16%) o siempre (16%), según el mismo estudio.

Los porqués del miedo al dentista

Si analizamos las respuestas de las más de 3.000 personas encuestadas en el mencionado barómetro de Institutos Odontológicos, nos encontramos que el dolor es el motivo más citado para temer la visita al dentista (75%), ya sea por creencia de que dolerá (60%) o por experiencias anteriores que han sido dolorosas (15%).

Otras causas alegadas son el temor a un precio muy elevado (39%), malas experiencias propias o del entorno (23%) o el pensamiento de que el dentista les dará malas noticias (13%).

Cómo combatir el miedo al dentista

“Para evitar sentimientos de miedo o ansiedad entre mis pacientes, aplico una serie de técnicas con las que intento generar confianza y relajación. Por ejemplo, en la primera visita no utilizo agujas dentales ni bisturíes, ya que el propósito es hablar, conocernos y ver cómo les puedo ayudar”, afirma la Dra. Sílvia Medina, especialista en estética y rehabilitación oral de Institutos Odontológicos.

La primera impresión es importante y, en este sentido, hay otros elementos como el diseño de los espacios de la clínica o el recibimiento de los pacientes que pueden ayudar a que el miedo o los nervios se disipen.

“Una vez iniciamos el tratamiento, me parece importante explicarles en todo momento lo que vamos a hacer y por qué lo vamos a hacer así. Intento además que las visitas no sean muy largas”, añade la Dra. Medina, que explica que, en algunos casos, ha recomendado a pacientes con miedo o ansiedad acudir a la visita con auriculares para evitar, por ejemplo, que oigan el ruido de los instrumentos que se utilizan.

Para aquellos casos más extremos, o bien cuando la pericia del dentista no es suficiente, algunas clínicas dentales disponen de la sedación consciente, una técnica anestésica que, a diferencia de la anestesia general, no duerme al paciente, sino que lo mantiene en un estado de relajación que le evita las molestias del tratamiento, pero le permite atender a las preguntas e instrucciones del dentista.

Esta técnica se aplica por un anestesista, que es quien decide el grado de sedación según las necesidades del paciente y del odontólogo. Además, se puede aplicar por vía oral, mediante inyección o por vía inhalatoria. En este último caso, no se utiliza un medicamento y el paciente inhala oxígeno y óxido nitroso a través de una máscara nasal.

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